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LOS NUTABES: ABRIENDO CAMINOS

La guerra, las enfermedades europeas, el trabajo en las minas, en las estancias y en la villa, diezmaron la población indígena. Los diferentes grupos de la región como los Catíos, los Tahamíes, los Nutabes, los Peques y los Ebéxicos también fueron forzados a servir como cargueros en todas las expediciones que se organizaron desde la villa de Santafé durante las gobernaciones de Valdivia y de Rodas. El resultado fue dramático: en 1582 Gerónimo de Escobar calculó que cuando los españoles entraron a la región había unos 100.000 tributarios?  En 1583 el oidor Francisco Guillén Chaparro estimó que sólo quedaban 1500 indígenas tributarios de los 5000 que se calcularon en 1560. El trabajo de los indígenas en Buriticá, y en los placeres auríferos del Cauca y sus afluentes, proporcionó el capital para la compra de los 300 esclavos que trabajaban en la mina. Cuando el oidor Herrera Campuzano visitó la villa en 1614 sólo quedaban un poco más de 400 tributarios.

 

Entre las décadas de 1550 y 1570 la margen derecha del Cauca, ocupada por Tahamíes y Nutabes no había sido explorada.

 

Los indígenas capturados, generalmente jóvenes y mujeres -que eran llamados chusma- se incorporaban a las huestes en condición de esclavos. Sin embargo, al no crearse nuevas ciudades teóricamente todos los territorios seguían dependiendo de la jurisdicción de Antioquia.

 

A comienzos de 1571, cuando Rodas se enteró que pronto llegaría Andrés de Valdivia, quien había sido nombrado gobernador de la Provincia de Entre los dos Ríos, procedió de manera apresurada a repartir las encomiendas en San Juan de Rodas, pero como lo temían los soldados de Popayán y del Nuevo Reino, las mejores fueron entregadas a los vecinos de Santafé de Antioquia. El reparto de encomiendas fue el mecanismo más poderoso que tuvieron a su disposición caudillos como Rodas para crear una clientela agradecida.

 

 

Presentación de los personajes, cuyos nombres son históricos

 

Gulbana: Cacique que organizó la muerte de Andrés de Valdivia en 1.569; fue ahorcado en el mismo sitio donde mató al gobernador.

Quime: Cacique que cortó y destrozó la cabeza de Valdivia; en castigo fue ahorcado y su cabeza expuesta donde cometió el delito.

Ulbaná: Cacique que mató a la india intérprete y amiga de Valdivia; fue ahorcado.

Tamer: Cacique del valle de Nutabe, donde se cometió el crimen; también fue ahorcado con otros dos súbditos del cacique Cuerquia; luego están Quetara, Guarcama y Alzara, quienes por las buenas obras que habían hecho se libraron de ser ahorcados pero sí les cortaron la mana derecha por haber participado en el asesinato.

Purarcía: indio Tahamí, súbdito de Cuerquia, informante y organizador del crimen; solo le cortaron  el dedo pulgar de la mano derecha.

Vegaría y Oceta: estos caciques compadres quedaron libre, pero con la condición de que aplacaran a los súbditos tanto Tahamíes como Nutabes.

Itimana, Mucuebú y Guabí: Indios flecheros que fueron absueltos en 1.576. Las sentencias fueron dadas a los Nutabes por el General Señor Gaspar de Rodas, juez de su majestad.

Sinitavé, Taque, Urezo, Ebéxicos, Penco, Nogosco, Maquira, Aguataba y Marcama, fueron algunos de los caciques que trataron con los conquistadores Robledo, Valdivia y Rodas.

Unutabe: El cacique que quemó los tambos Catíos en el Valle de Aburrá y en el valle de Rionegro.

Guacú, su esposa Tobé y su hijo Urí-Chiquisí, hijo del relámpago y con sangre Tahamí.

Tobé fue una criada de Bartolomé Sánchez Torreblanco, español que acusado de haber contratado a los Tahamíes y a los Nutabes parta tramitar la muerte del gobernador Andrés de Valdivia.

 

 

Los Nutabes, posibles Caribes y buscadores de Dorados

 

A la provincia de Antioquia llegaron probablemente muchos grupos Calamaríes del norte, desplazados desde 1.500 por los españoles y sobre todo por los Heredia; los Nutabes invadieron a los Tahamíes y a los Catíos, que tenían sus caseríos al sur de Caucasia; en la gobernación de Antioquia, los indios de la provincia donde está fundada la ciudad de Cáceres, hablan la lengua Nutabe; llaman al español Ay; a la vieja: Guacú, al viejo Tobé,  al relámpago le dicenuriquisí, noretó significa ven acá, netó le dicen al agua; ni le dicen a la lumbre; cuaremé significa estoy bien; la mañana es tebuna, machiquí muy de mañana macasa me voy a mi tierra; estoy enfermo es cinemanascua, tatasí es la gallina y otocaró el huevo, necomurtoes ve corriendo.

 

 

¿Dónde estará el dorado precolombino? 

 

Todo el mundo estaba cruzando por caminos precolombinos o indígenas y todos conducían a los dorados, especialmente a la zona más aurífera de América; el nombra cerro de Buriticá de donde tanto salió en tiempos pasados; recorriendo Juan Badillo y Cieza de León por Buriticá en 1.538, un camino hallaron espacioso; toda la gran provincia de Antioquia estaba llena de dorados o zenúes como los llamaban los  finzenúes, porque los Tahamíes bautizaban a los lugares que tuvieran mucho oro con nombres que tuvieran una sílaba aguda terminada en i; el cerro de Buriticá fue un sol terrestre con multitud de rayos dorados, hacia Chocó, Dabaibe, Murri, Norí, Tonusco, Pequí, Cáceres, Caucasia, Nechí, Anorí, El Bagre, Segovia, Zaragoza, Remedios, Porce, Titiribí, Corí, Arví, Marmato, Supía, Pipintac, Tamaná, Zamarraya y muchos otros zenúes; arqueología tiene pruebas evidentes de estos sitios de orfebrería o patios de indios, aunque están sin estudiar; todos estos dorados fueron centro de atracción para todas las zonas mineras, así como para los orfebres y comerciantes; el oro circuló por toda América precristiana y precolombina.

 

Después del descubrimiento de América las regiones auríferas de Antioquia, fueron explotadas por españoles, suecos, ingleses, alemanes,franceses,norteamericanos y otros; En épocas precristianas habían sido explotadas por chinos, indochinos,hindúes; los primeros grupos españoles buscadores de dorados, las encabezaron Vasco Nuñez de Balboa, Fernández de Enciso, Francisco César, Juan de Badillo, Sebastián de Belalcázar, Jorge Robledo, Pedro de  Heredia, Andrés de Valdivia, Gaspar de Rodas y otros. La historia también posee documentos de muchos aventureros establecidos en Antioquia.

 

Desde épocas precristianas, varias étnias navegantes del viejo mundo, habrían encontrado el dorado de Antioquia la Grande o del imperio llama, el cual habrá estado caracterizado por variadas y ricas culturas que se radicaron en sus dorados.

 

Tal vez los primeros que explotaron el oro antes de Cristo fueron los Catíos, quizá con influencia birmana o china, seguidos de las étnias, Darién, llama, zanco, caramanta, semanaes, y Tahamíes. Desde la primera época precristiana estuvieron llegando al imperio llama de Antioquia, otros grupos de imperios extranjeros y buscadores de oro entre ellos, finzenúes, panzenúes, senufanaes, taironas, grecorromanos, faraones negros y los antiguos fenicios, que dieron origen a los primeros Nutabes- Caribes al pie de  las Antillas. En época más recientes llegaron otros Caribes y algunos entraron por Urabá, después de conquistar a los darienes y a los damaquieles, penetraron a las zonas  mineras; de la fusión de estas etnias resultarían los urabaibes, los tatabes y los sundabes; en la misma época llegarían las etnias del sur, es decir los quindos y los Pipintac; los últimos en llegar al imperio llama fueron los Nutabes, quienes hicieron contactos comerciales o belicosos con los Catíos y Tahamíes.

 

En Urabá se han encontrado varios elementos de las culturas Chiriquí, Tumaco y de otras más lejanas. Los pueblos del Perú también estuvieron interesados en el oro de esta región.

 

Los Nutabes habían sido buscadores de oro antes de haber sido desplazados por losconquistadores españoles; esta etnia quizá de origen Caribe, penetró durante la conquista hasta Ituango por el río Cauca y algunos de sus grupos hasta la provincia de Aburrá. Para saber de la región que dominaron los Nutabes hay que utilizar la información obtenida por Jorge Robledo, por su cronista Juan Bautista Sardella y por los relatos que le llevaron a Juan de Castellanos; Sardella recibió información de caciques Tahamíes y por ellos supo que vivían asociados a otros grupos desplazados que buscaban comida y otro por los ríos San Jorge, Magdalena y Cauca.

 

Cuando Robledo reconocía los terrenos donde está Sopetrán, en los cuales el capitán tuvo noticia de un pueblo que se dice Tahamí, que está de la otra banda del río, y envió allí ciertos españoles nadadores. La descripción del cacique Tahamí a Sardella, nos puede ubicar por las tierras de peque, Ituango, Toledo, San Andrés de Cuerquia, San José de la Montaña, Sabanalarga, Liborina y Valdivia.

 

Es de suponer que los Nutabes eran grupos muy numerosos, guerreros, buscadores de oro y después de la conquista desplazados e invasores; estos grupos de origen Caribe, habrían invadido las provincias del norte de Antioquia y lo estaban haciendo de forma más numerosa desde 1.500 en la provincia de Aburrá; los Nutabes venían rondando las tierras de Pequí, Tahamíes y de Buriticá Catíos y entonces recorrieron los caminos de la gran Antioquia, recogiendo en las aldeas muchachas y acumulando riquezas; parece que estaban allí desde generaciones atrás, porque tenían grandes sepulturas; estos Caribes de origen fenicio venían de las provincias de Cartagena que habían sido invadidas por los españoles.

 

Entre los indígenas de esta zona de destacaban los Nutabes por usar flechas envenenadas; los Nutabes practicaron el canibalismo y los sacrificios humanos como expresiones culturales de la etnia; anduvieron por las tierras del gran cacique Nutibara que fue uno de los mayores con muchos súbditos; practicaron además la exposición de cráneos a la entrada de sus aldeas, como avisos amenazantes para los otros buscadores de oro.

 

Para conocer mejor a los Nutabes analicemos otro grupo Caribe que fueron los urabaibes. Cuando el capitán Francisco de Cieza descubrió el valle de Guaca estaba poblado de mestizos urabaibes, que salieron en guerra más de 20 mil con gran tropel y ruido. Tanto los Nutabes como los Urabaibes, fueron caníbales y guerreros que usaban flechas envenenadas; estas costumbres fueron amenazantes modos de vida, pues así defendían con más eficacia sus minas y sus riquezas; todos los naturales de esta región comen carne humana; los actuales grupos Emberá del valle del Penderisco son descendientes de un pueblo antiguo llamado Tatabe.

 

 

¿De dónde vinieron los Nutabes a la provincia de Antioquia?

 

No hay una respuesta definitiva a esta pregunta; sin embargo es posible que hubieran venido desplazados de otras regiones del país especialmente de la costa norte y buscaron refugio en los bosques del nudo de Paramillos, donde combatieron a otras tribus habitantes de la región y donde los hallaron y conocieron Robles y otros; estas tribus Nutabes que llegaron por el rió Cauca tuvieron como costumbre el rapto de muchachas lo que fomentó el mestizaje.

 

 

¿Quiénes fueron entonces los Nutabes? 

 

Tal vez fueron Caribes o quizá grupos Calamaríes, o Panzenúes o Senufanaes; posiblemente los desplazados Nutabe habían avanzando aliados con los Tahamíes y Yamesies, hasta el sur de Antioquia y llegaron hasta tener contactos con los Pipintac de Arma; el cacique Tahamí del río Tonusco  le explicó a Robledo en 1.541, sobre la invasión efectuada por los Nutabe, al oriente antioqueño, y al valle de Aburrá.

 

Desde tiempos antiguos el imperio llama de Antioquía la grande constituida un gran pueblo de diversas lenguas.

 

 

Las costumbres de los Nutabes

 

Los Nutabes como los Tahamíes fueron exogámicas y además para poder gobernar las provincias los caciques tenían que forma dúos gobernantes; como consecuencia de estas raras relaciones, resultarían muchos matrimonios exogámicos; los grupos amortiguadores de problemas reforzarían la unidad psicológica y emocional, ya que estos enlaces harían que los individuos estuvieran dispuestos a sacrificar sus propios intereses por el bien de todos; con la presencia de los españoles, todos los indígenas se unieron, aun los más enemigos, y entonces los cronistas nombran dos jefes; por ejemplo la provincia de Norisco estaba gobernada por un par de caciques mancomunados uno Utabe y otro Tahamí.

 

Entre Nutabes, Tahamíes y Yamesies el término hermano fue empleado para nominar primos, amigos o vecinos; ante las agresiones de los españoles estas etnias compartían sus riquezas y asumían la defensa colectiva; y así pudieron gobernar sin enfrentamientos las grandes poblaciones que existieron entre Caucasia y Peque; sus caciques se movían por igual y por idénticos resortes; por ejemplo el poblado de Ituango muy rico por el  comercio y por su varada población lo tuvieron que gobernar por medio de alianza y sin importarles los idiomas diferentes; el intercambio de ideas presentadas por las muchachas intérpretes, había hecho posible que se apresuraran los hallazgos de soluciones.

 

Los Nutabes con temperamento primario habían actuado en sus antiguas comarcas y guiados por hábitos y habían obrado con rapidez como se les había enseñado a vivir, es decir sin necesidad de defenderse a razonar.

 

En la provincia de Antioquia los Nutabes se asociaron con los Tahamíes y los Yamesies entonces se acostumbraron a intercambiar ideas y mujeres; las uniones exogámicas obligaron a las parejas a aprender con sincretismos las normas de la nueva sociedad; con estas hibridaciones  resultaría de todas maneras una confusión sin fin, ya que los Tahamíes con temperamento secundario, tendrán la necesidad de detenerse a medir las consecuencias antes de actuar; las zonas de mercado también existieron subculturas con peculiares, aunque algunos grupos estarían bien integrados y muy estables aunque otras familias serían inestables.

 

Entre algunos jefes Nutabes de esta región existió una economía basada en el igualitarismo, en la distribución de regalos y en el intercambio de hijos e hijas casaderos; de esta maneradisminuirán los motivos de enfrentamientos y aumentarían las necesidades de prestigio; la fama se las daba el oro y la popularidad la obtenían por las mujeres que tuvieran y por los hijos engendrados; los conceptos sobre la inferioridad de la mujer fueron aceptados por ambos sexos y si se hubieran puesto a pensar en ello con una racionalización religiosa habrían rechazado dichos hábitos.

 

Los Nutabes aplicaban las tácticas de guerra de las antiguas culturas; todas las personas deberían acudir al combate y todos tenían el derecho a participar en el reparto del botín y de igual forma en caso de derrota todos sufrirían idéntica suerte, la muerte o la esclavitud.

 

Los Nutabes eran musculosos y de buena estatura y estaban entrenados para la lucha cuerpo a cuerpo igual en tierra o en agua; siempre permanecían armados con macanas, flechas, huesos y corales puntiagudos, pero perdieron antes las armas cortantes de los españoles; aunque eran muy buenos tendiendo celadas y otras estrategias guerreras; entre los Nutabes la comunidad tenía la autoridad y sabían por instinto que la unión hace la fuerza y en sus clanes sobresalió la concordia y la identidad; así mismo los acuerdos entre la gente del grupo prevalecían sobre las otras consideraciones y de esta manera nacía la necesidad natural de protegerse contra los intrusos; fue tal el amor a sus agrupaciones que nunca pensaron que los intrusos eran ellos; parece que les fascinaba tener jefes dictatoriales que los dominará vigorosamente. Los Nutabes se sublevaban con facilidad antes las autoridades débiles pero obedecían con presteza a los caciques fuertes, orientadores; el autoritarismo sugestivo e hipnotizante constituía para ellos un fuerte sentimiento de sometimientos. Los Nutabes fueron reservados y difíciles de abordar porque se replegaban como la planta sensitiva o la adormidera y los individuos permanecían impenetrables pero listos para reaccionar; los Nutabes tal vez con influencia Caribe o Fenicia fueron desconfiados y propensos a incrementar  sus tensiones por la acumulación de pequeños traumatismos y como actuaba en ellos la autosugestión la resistencia acrecentada estallada con súbitos arrebatos y pronto la energía irrumpía desatándose en forma de manifestaciones excesivas con impulsos involuntarios y con gritos; fueron ansiosos y con frecuencia de un modo crónico, pues siempre estuvieron dispuestos para emprender guerras e invasiones y no necesitaban motivos; sólo querían ver cosas nuevas y aparentar grandeza; su excitabilidad contagiaba rápidamente al grupo y los hacían por medio de gritos y gestos; los Nutabes tenían una necesidad inconsciente de unidad y de expresar naturaleza compleja; la unión no les quitó poder sobre sí mismos al contrario los empujaba hacia empresas múltiples; la elección de compañeros fue muy minuciosa, pues para sus alianzas necesitaban que estos aportarán el fanatismo de un guerrillero y la abnegación de un amigo. Cuando los Nutabes trabajaban como individuos aislados tenían una existencia reducida pero se les ampliaba y se volvían seguros cuando se  integraban al grupo; sus deficientes personalidades experimentaban la necesidad de una armazón ideológica o de un pacto grupal y por esta razón se les califica de un lado como cordiales, solícitos y espontáneamente acogedores y por otra como individuos fríos, indiferentes y ostensiblemente fanáticos; fueron contradictorios y comunicadores discrepantes e impenetrables, pues nadie sabía lo que pensaban.

 

La intensidad con que los Nutabes hacían la guerra la mostraban tanto en las relaciones planificadas con emotividad, como en las artimañas solapadas o taimadas que le tendían al enemigo.

 

Las celadas que les hicieron a los españoles fueron cuidadosamente desfiguradas para que ninguna indiscreción saliera al exterior. Tenían la mirada viva aunque parecería que vivían lejos en otras esferas; sus expresiones corporales fueron tensas y sus facciones tirantes e inalterables por grandes que hubieran sido las turbaciones; las explosiones de sublevaciones estuvieron regidas especialmente por el inconsciente (cerebro reptiliano) ; su interés y su atención obedecerían a los acontecimientos inmediatos; los Nutabes como los Caribes fueron impulsivos, no solo por la potencia de la energía individual, sino principalmente por la violencia grupal que los llevó a ser invasores de las aldeas Calamaríes, panzenúes, finzenúes, Catíos y Tahamíes; según decía un cacique Tahamí el numeroso ejército que invalidó la provincia de Aburrá y que incendió los tambos de Guarne, estuvo dirigido por un cacique Nutabes; las invasiones, los mitos y los rituales los excitaba sobre todo cuando se preparaban para la guerra con borracheras con chicha, con intemperancias, con mixturas de tabaco, con desafiantes pinturas corporales , que convertían al ejército en tóxico y tragicómico; los Nutabes exteriorizaban sus deseos con gritos, con tambores y cuando estaban enardecidos por la virilidad y por la sexualidad, se disponían para el robo de mujeres; los mitos, el fanatismo, la sugestión y la presión colectivas los llevó al canibalismo y este cultural tramado psicológico entusiasmaba y contagiaba a los  iniciados y a todos aquellos que por primera vez participaban en los ceremoniales de la guerra; a muchos Nutabes no les interesaba el canibalismo ni la colección de cráneos; sólo pretendían ser cautivadores de muchachas y de joyas; fueron bastante inestables o ciclotímicos, ya que la ausencia de normas para su conducta hizo que tuvieran un comportamiento oscilante; su etnia experimentó grandes reveses en tiempos de Jorge Robledo, de Andrés de Valdivia y de Gaspar de Rodas, pues cuando estos colonizaron sus comarcas encontraron una población muy desplegada y muy agresiva.

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